viernes, 30 de noviembre de 2012

¿DE IZQUIERDA O DE DERECHA?

POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ
Alguien me pregunta si soy de izquierda o de derecha, y yo fresca como una lechuga le contesto que en asuntos de política no tomo direcciones ni a diestra, ni a siniestra. Quien me pregunta, un autodenominado ultraderechista, se queda sorprendido y con la boca exageradamente abierta en señal de asombro, desaprobación y vaya usted a saber cuántas cosas más. Pero lo cierto es que en el orden personal hago repulsión a los extremos, a las ultras posiciones, a las intolerancias, a los fundamentalismos. De hecho soy enemiga ferviente de las dictaduras ya sean de izquierda o de derecha. Me regocijo en la libertad, en el ejercicio de la democracia, en la pluralidad y el respeto al criterio y opinión ajenos, en el libre albedrío conferido incluso por Dios a los humanos, y en una sociedad que ante todo ofrezca su voto unánime por mantener la justicia y la dignidad plena de hombres y mujeres.
Personalmente no siento predilección por ningún movimiento o partido político, ya sean de izquierda o de derecha, todos, humanos al fin, arrastran sus errores. Desde mi punto de vista ninguno resolvería jamás los problemas más acuciantes que enfrentan los pueblos, los humildes, los de abajo, los olvidados de este mundo, los infinidades de veces engañados y manipulados por los poderosos políticos. Pero es mi deber, en mi contexto, luchar porque mi nación alcance al menos el derecho a elegir, a cambiar, a sustituir a sus gobernantes. Mi voto ahora no favorece a ningún líder, partido o argumento político en particular. Mi voto ahora expresa la desaprobación a los dictadores que vapulean mi país, apoltronados en la silla de gobierno, viciados en su egocentrismo y en sus ansias de poder.
He llorado ante injusticias y abusos cometidos por los izquierdistas contra los de derecha, y he perdido lágrimas también por excesos y arbitrariedades llevados a cabo por los de la derecha contra los de izquierda. Al final mi mayor sentimiento es hacia quienes han sido víctimas de los dos bandos políticos, sin militar en ninguno. No quiero para mi patria cuando al fin la prolongada dictadura sucumba, partidos de extremos políticos en el poder. Cuba está cansada de autoritarismo izquierdista, no le vendría nada bien después de esto ningún otro, así sea de derecha.
Yo _le contesté a mi interlocutor_ solo defiendo tu derecho al voto, ya seas de izquierda o de derecha, como también defiendo mi incuestionable derecho a no votar.
La autora junto a Luis Felipe Rojas y Mario Lleonart
"Solo defiendo el derecho a la eleccion, a la libre decision"

martes, 20 de noviembre de 2012

Una nota, un Editorial y las aparentes reformas migratorias



Por: Yoaxis Marcheco Suárez
Una nota acompañada de un Editorial publicados en la primera plana del periódico Granma del martes 16 de octubre del presente año, ofrecen a la ciudadanía la tan esperada noticia de que al fin el Gobierno cubano actualizará su política migratoria, introduciendo modificaciones que entrarán en vigor el 14 de enero de 2013. La decisión de eliminar el procedimiento de solicitud de Permiso de salida para los viajes al exterior del país y dejar sin efecto el requisito de la Carta de Invitación tiene el propósito de ajustar la política migratoria vigente a “las condiciones del presente y el futuro previsible”, el presente lo conocemos, pero no sabría explicar cómo es el futuro que prevé el Gobierno de Cuba para la nación, cuando la objetividad de la vida nos deja en claro que será un mañana sin la presencia de las “figuras históricas de la Revolución”.
Supuestamente los cubanos que estimen viajar al exterior a partir del 14 de enero de 2013 solo deberán presentar el pasaporte corriente actualizado y la visa otorgada por el país de destino. Pareciera una medida positiva en la que queda eliminado el  engorroso trámite y la espera del Permiso de Salida o Carta Blanca indispensables desde hace años para salir del país, y del Impuesto Sobre Documentos que demandaban  los trámites migratorios relacionados con las solicitudes de los permisos de entrada y salida al territorio nacional por asuntos particulares.  Pero el Editorial que acompaña a la nota informativa  me hace desconfiar de esta medida y sentirme recelosa sobre a cuántos ciudadanos residentes en el país o emigrados, moralmente correctos,  beneficiarán los cambios a la política migratoria.
En el Editorial con el título de: “Por la voluntad común de la Nación Cubana” el Gobierno no pierde su costumbre de fabricar argumentos acusatorios donde quedan implicados, además del Gobierno de los Estados Unidos y su “política de bloqueo”, la Oposición Interna, a la que siempre intenta arrebatar sus valores genuinos imputando a las Administraciones estadounidenses la creación y sustento de la misma. Enfatiza  en el cuidado que debe tener el Estado cubano frente al fenómeno de las campañas mediáticas provenientes del norte y al robo de cerebros.  Sus argumentos de que la Revolución cubana “se ha basado en el reconocimiento del derecho de los ciudadanos a viajar, a emigrar o residir en el extranjero y en la voluntad de favorecer las relaciones entre la Nación y su emigración” son  huecos y vacíos, vienen de un Estado autoritario y dictatorial que maneja a su conveniencia todas las áreas y sectores del país, y que en el pasado organizó  turbas de represores que agredían física y verbalmente a los ciudadanos que optaban por emigrar, tal y como lo hacen en la actualidad  con los disidentes.  Pero resulta interesante también definir a cuál emigración el Gobierno de Cuba reconoce y cuál es la porción de la diáspora a la que desdeña y declara como inadmisible y que históricamente ha tildado como: “mafia miamense”, por lo que no resulta auténtico el empeño del gobierno de aunar voluntades, y no es  precisamente  él,  el más recomendable para gestionar  la unificación de Cuba con toda su emigración.
Me queda la duda de cuánta libertad para viajar tendrán  los intelectuales, profesionales, especialmente los médicos y técnicos de la salud, uno de los sectores más afectados y supervisados, los talentos deportivos y artísticos. ¿Cuáles medidas adoptará el gobierno  para evitar “el robo de cerebros”? y  ¿Qué sucederá con los marcados, los hombres y mujeres, ciudadanos de este país cuya ideología y actitud política los hace diferir del sistema de Gobierno y militar las filas de la Oposición?  ¿Podrá finalmente la bloguera y twittera Yoani Sánchez agregar a la larga lista de negativas, un sí que le permita  salir de la Isla y regresar a ella sin ningún tipo de dificultad? ¿Podrán las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas dejar nuestras fronteras para salir a Europa a recoger personalmente el Premio Sajarov otorgado a ambos? ¿Podría en fin cualquier disidente cubano viajar de manera temporal sin tener que solicitar permiso para ello y mejor aún sin recibir negativas gubernamentales a sus gestiones de viaje?
En uno de sus párrafos el Editorial culpa a la política estadounidense de las tres grandes crisis migratorias ocurridas en el país: “Camarioca en  1965, Mariel en 1980 y la Crisis de los balseros en 1994”, e incluso de “convertir a los cubanos que desean establecerse en otros países, en supuestos opositores políticos y en un factor de desestabilización interna”. Pero, lo cierto es que durante años la dinastía de los Castro ha  mancillado e irrespetado los derechos humanos  más elementales, entre ellos el de la libertad de viajar, o escoger cualquier nación del mundo para vivir, sin que esto impida el retorno al país las veces que se estime conveniente. El irrespeto a este derecho y a otros, así como sumir en la miseria al país y persistir en un gobierno autoritario y decadente de más de cinco décadas,  los convierte en los  máximos responsables  de las muertes en el mar de los cientos de cubanos que optaron por arriesgar su vida con el objetivo de encontrar la libertad y las posibilidades de prosperidad que en Cuba, por causa de su mal Gobierno les resultó imposible alcanzar.
Siempre ha sido evidente que los cubanos hemos permanecido por más de cinco décadas enclaustrados en la Isla prisión, y que los  gobernantes,  endiosados en su condición de “dueños”  del país,  han pretendido manejar nuestras existencias a su antojo. El mundo también conoce que la opción a la que más recurren los cubanos para escapar de la miseria moral, espiritual y material en la que nuestra entristecida Patria sucumbe,  es la emigración, sin importar la vía o modalidad; y que en el caso específico de los talentos: deportistas, artistas, profesionales e intelectuales cientos de ellos abandonan eventos internacionales o misiones en el extranjero para ejercer el derecho del cual el Gobierno quiere privarles, su libertad de escoger dónde vivir, o trabajar empleando sus aptitudes, de las cuales ningún gobernante es dueño.
Sé que muchos cubanos y cubanas de adentro y fuera de la Isla celebran la decisión adoptada  por el Gobierno de Cuba, no dudo que muchos puedan beneficiarse con estas modificaciones, que en definitiva debieron estar siempre vigentes, porque forman parte inherente de nuestros derechos ciudadanos; pero en mi caso, al igual que con las medidas y reformas económicas tan masculladas, me declaro escéptica. Detrás de cualquier apertura que establezca el Gobierno dictador, hay medidas de restricciones que impiden que los cambios sean profundos y genuinos.  Entiendo además que en sustitución de la concesión o no del Permiso de Salida, el Ministerio del Interior podrá negar o prohibir la obtención del pasaporte a los ciudadanos que considere inadecuados.  No creo que las personalidades de la disidencia cubana puedan verse beneficiadas con estas modificaciones, como tampoco que los talentos del país puedan viajar sin tener encima el ojo vigilante y limitador de sus superiores. De cualquier modo ojalá me equivoque y Yoani Sánchez pueda al fin cruzar los muros de la Isla prisión y volar a cualquier parte de este mundo donde se demande de su inteligencia y de su carismática figura. Pero vuelvo a reiterar como en otras ocasiones lo he hecho, Cuba más que nada necesita democracia y el establecimiento de una libertad legítima, que la impulsen a transformarse en  una mejor nación, en la cual sus hijos sientan la plena satisfacción de vivir y a la que siempre deseen regresar.

jueves, 8 de noviembre de 2012

HUBER MATOS Y LA NOCHE QUE AUN NO ACABA


Por: Yoaxis Marcheco Suárez

Realizo una lectura rápida y luego otra más pormenorizada del libro Cómo llegó la noche, tratando de descubrir en lo posible al hombre cuyo nombre  escuchaba cuando niña  en forma de murmullo en boca de algunos: Huber Matos, el Comandante de la Sierra  que entró a La Habana junto a Fidel Castro y a Camilo Cienfuegos, ostentando el triunfo de la guerrilla rebelde que abatió a las fuerzas del golpista Fulgencio Batista. 
Foto tomada de Patria Pueblo y Libertad del CID
El gobierno batistiano marcó la existencia de los jóvenes  cubanos de su tiempo y de los que vendrían posteriormente, fue un período de mandato siniestro, represivo y colmado de violencia que truncó a través de un vil golpe de estado  el proceso democrático que funcionaba en Cuba. Matos se unió a las filas del Ejército Rebelde con el propósito de recuperar la democracia violada y traer la paz que Batista le había usurpado a la nación. Luchó codo a codo con  los principales líderes rebeldes, llegó a convertirse en uno de los más carismáticos y notables, hasta poseer el grado de Comandante. Abrió la cortina de la libertad a un pueblo sufrido y violentado, pero tras la supuesta cortina pudo vislumbrar el futuro apagado del país, pudo discernir que la desgracia del pueblo se prolongaría si el poder caía definitivamente en las manos del dictador en potencia que era Fidel Castro, quien además comenzaba a manipular el proceso de liberación solo a su favor. Cuba salía de varios años de dictadura sangrienta para entrar en el más largo período de régimen antidemocrático, totalitario, manipulador, farsante y destructivo de toda su historia.

Al lado del futuro Dictador durante los festejos  del triunfo, Huber Matos expresó su deseo de recuperar la democracia y la justicia social que el pueblo había perdido; es ahí donde comienzan las falacias del futuro presidente, cuando señala que nunca más habría una dictadura en Cuba: “!Porque  no se trata de sustituir a un dictador por otro!”. También posteriormente cambiaría los colores del proceso revolucionario a su antojo, declarándolo en primera instancia verde como las palmas y luego rojo como el marxismo y el socialismo leninista soviético.

Los cambios y el rumbo que iba tomando la Revolución triunfante, sumado al cinismo de su líder y  a sus insinuaciones malintencionadas en las que le involucraba junto a otras personas de la Revolución, hacen que a solo meses de la victoria rebelde,  el 19 de octubre de 1959, Huber Matos solicite a través de una carta dirigida al Primer Ministro Fidel Castro, su licenciamiento del Ejército Rebelde, en una muestra de la mayor honradez, lealtad y sinceridad de que pueda hacer gala un hombre. 

En su carta renuncia, Matos sentencia  al Comandante Castro con el siguiente recordatorio: “… es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos.” Este recordatorio resuena en mi cabeza y es una frase que he aprendido de memoria, los hombres viciados por el poder pierden la visión de la justicia y dejan de ser íntegros porque anteponen sus ambiciones a las necesidades del pueblo.

A cambio de  su actitud franca y transparente, solo solicita que se le garantice una vida tranquila y normal junto a su familia, su pretensión sencilla era la de dejar la vida militar para asumir un estatus civil. Los hombres como Huber Matos se desprenden con facilidad de los protagonismos, la nobleza de sus actos les hacen olvidar quiénes son y qué representan para la historia de una nación.  El gran Comandante  en medio de su modestia, anteponiendo su amistad con el líder de la Revolución y su natural espíritu de lealtad, concluye su misiva deseándole éxitos en su vida futura y en el futuro de la patria; quizás también otorgándole aún algo de crédito, de confianza en que no transformaría al país en una nación subyugada por otra dictadura como la anterior y contra la cual había luchado a riesgo de su propia vida.

La respuesta del Primer Ministro no correspondió a la lealtad del Comandante Matos, olvidó por completo la expedición de Cienaguilla, las múltiples y arriesgadas acciones al mando de una de las Columnas del Ejército Rebelde, su desempeño al frente de la provincia de Camagüey, y luego le tildó inmerecidamente de traidor. Camilo Cienfuegos fue el portador de la orden de arresto, una vez más Huber muestra su visión profética al advertirle  a Camilo que se cuidara de los hermanos Castro porque quizás vieran en él un obstáculo para sus planes futuros, una semana después el Guerrillero de sombrero alón desaparecía misteriosamente en el mar sin dejar rastro alguno. La dinastía de los hermanos se iba abriendo camino, sacando de la ruta a las figuras más descollantes y genuinas de la Revolución.

El 21 de octubre de 1959 Matos junto a otros oficiales es arrestado, luego en el mes de diciembre sometido a un  juicio preparado y manipulado por el mismo Fidel Castro y que se extendería a cinco largos días, al final la sentencia: “Huber Matos: veinte años de cárcel”. El paredón esperado no sería ejecutado y la vida continuaría, aunque fuera tras las rejas.

“Aquí, en la soledad de mi calabozo, quisiera demoler a golpes los muros y las rejas, para poder salir a la calle y alertar al pueblo cubano sobre la terrible noche que le acecha… Las multitudes entusiastas van hundiéndose en la oscuridad y yo no tengo fuerzas para romper los barrotes.” Así diría durante su condena y tras las puertas de hierro de la prisión de veinte años cumplidos con integridad.  El Comandante nos enseñó a ser libres, a percibir la luz por diminutos que sean sus rayos, a ver el día que vendrá de cualquier modo, nos enseñó y aun enseña a vivir fieles al compromiso con la patria ya sea “camino a la muerte o a la libertad”. Su vida dedicada a la búsqueda de la democracia que los dictadores Castro no le devolvieron a su genuino dueño, el pueblo, nos guía a vivir una existencia apasionada por la tierra que queremos ver y disfrutar enteramente libre.

Conocedor de la verdad y responsable de su actitud y su firmeza al no ocultarla, Huber Matos se transformó en un gran visionario del futuro de la Nación Cubana. Guiado por la suprema presencia  del hombre más libre de la historia, el mismo Jesús, tomó como divisa su frase en la Biblia: “Y la verdad os hará libres”. La noche aún no termina, pero las luces del alba ya se avistan, el Comandante de la libertad anunció prematuramente la negrura, pero también la fe de la luz y la posesión de esa “libertad que nos da la fuerza para defender la verdad”.

Todas las citas fueron tomadas del libro: Cómo llegó la noche, autobiografía escrita por el Comandante Huber Matos

miércoles, 12 de septiembre de 2012

ESTA TAMBIÉN ES NUESTRA GUERRA

POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ
Hace varias tardes Santa Clara parecía una ciudad en guerra y literalmente lo estaba, solo que no era una contienda entre humanos, sino de los humanos contra un pequeño insecto que se empecina en hacernos la vida un yogurt, succionando nuestra sangre y para completar su obra destructora, introduciendo un microscópico virus que produce la enfermedad del Dengue, el Aedes Aegypti. Y es que literalmente también, Santa Clara está colmada de mosquitos y entre ellos está burlón y a sus anchas, el Aedes. 

                                  Parque Vidal Santa Clara, en plena fumigacion contra el mosquito

Incontables son los focos localizados en la urbe santaclareña, de nada valen los spots televisivos recomendando romper las latas y los cascarones de huevos, no cabe dudas de que algo más sustancioso falta y que la situación con el pequeño peligroso, se está escapando de las manos de todos. La falta de seriedad en algunas instancias, ya sean superiores o inferiores, impiden que el insecto desparezca y por ende la enfermedad que cada día cobra mayor número de enfermos, no solo en Santa Clara, sino también en otras ciudades del país como, Santiago de Cuba, Camagüey y por supuesto, la super poblada capital. Tanto es así que los trabajadores sanitarios de la campaña contra el dengue se quejan de que muchos ciudadanos no abren sus puertas para facilitar su trabajo de pesquisaje y saneamiento; mientras que muchos vecinos aseguran que son los mosquiteros quienes incumplen con su labor al no entrar hasta lo más profundo de las casas y hacer solo una somera observación o conformarse con el informe de los dueños. Eso sin tocar el tema de los productos químicos que se usan para matar al mosquito, muchas veces caducados, como ocurrió hace unos días en Santa Clara, según queja de lector publicada en periódico local de la provincia: Vanguardia.
En mi opinión la insalubridad en las ciudades cubanas crece por día: aumentan los desagües, los sumideros, la acumulación de aguas albañales, los escombros de derrumbes, la alta contaminación de ríos que atraviesan las zonas urbanas a causa de los vertederos de deshechos, acumulación de basureros en aceras y calles, poca higiene en establecimientos públicos y estatales _sobre todo del sector de la gastronomía y dentro de este los que expenden alimentos en moneda nacional_, incapacidad de los trabajadores de comunales de mantener suficientemente limpios los barrios suburbanos, ya sea por déficit de obreros o por carencia de productos y enseres de limpieza, la falta de vehículos para recoger la basura, e infinidad de razones más.
El hecho objetivo es que el mosquito causante del dengue hemorrágico está conviviendo con nosotros y es hueso duro de roer. Es labor de todos erradicarlo, y espero que por la frase anterior nadie me vaya a tildar de comunista o de izquierdista. Porque al final a este insecto le importa un bledo de qué lado político usted milita o cuál es su tendencia ideológica, lo va a picar igual y de igual manera lo va a enfermar, él es totalmente neutro en estos asuntos tan humanos. A la sociedad civil le corresponde combatir a este enemigo de todos, concientizando al pueblo de la importancia de la higiene individual y colectiva, demostrando al vecino con nuestros actos que sí se puede adquirir cultura de saneamiento ambiental, aun bajo los dardos de una dictadura que lo ha sumido en la pobreza y en la carencia de recursos y medios para mantenerla. Informando a nuestros conciudadanos acerca de la verdadera situación en la que se encuentra el país respecto al dengue, y al final dejándoles en claro que luchando contra el régimen, también luchamos por una Cuba mejor, por una existencia más digna, y por qué no, por un país libre del Aedes Aegypti.

lunes, 27 de agosto de 2012

NO HAY MUERTE DESPUÉS DE LA MUERTE: Homenaje a Payá

POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ

Estoy convencida de que Dios no creó a los seres humanos para morir, los hizo a su imagen y
semejanza, por eso sentimos la gran necesidad de ser eternos. Aunque no queremos morir, los
creyentes no le tememos a la muerte, conocemos bien lo que Jesús hizo con ella cuando en la cruz
murió por redimirnos de nuestros pecados, y luego resucitó dándole un golpe contundente en la
misma cabeza. Los cristianos sabemos que después de esta vida, hay otra, espléndida y gloriosa,
una existencia que no tiene fin, en la que el sufrimiento de estos tiempos actuales queda atrás y de
él nunca más tendremos memoria. Por eso tengo la convicción plena de que Oswaldo Payá no está
muerto, es imposible morir si se tiene a Cristo en el corazón y si se ha estado enlazado al Redentor
desde este mundo. Cualquier agonía en el presente no podrá compararse con la gloria venidera.
El Apóstol Pablo dijo en la Segunda Carta a los Corintios 15:54, 55, "…Sorbida es la muerte en
victoria. ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?" La muerte ya ha sido
derrotada por aquel que es el primogénito de los muertos, el primero en levantarse del sepulcro, si
así no lo creyese, vana sería mi fe. Por eso no lamentaré la muerte de Payá, sino que daré loores
por su vida, no lloraré más su sepulcro, sino que alabaré a aquel que le ha acogido en su seno para
vida eterna. La muerte de este hombre formidable no marca el fin, para él es el comienzo de lo
perdurable.

Los que aun quedamos acá, en este mundo lleno de aflicciones y conflictos, tenemos el legado de
libertad, justicia, democracia, y búsqueda incansable de los derechos plenos para los ciudadanos de
Cuba que nos dejó Payá, y que fueron heredados por él de su consiervo y antecesor Félix Varela.
El ejemplo de hombres como Oswaldo Payá Sardiñas nos ayuda a vivir, nos da fuerzas, nos alienta;
y es que los grandes seres humanos dejan huellas indelebles en la historia. Nadie podrá manchar la
memoria de este héroe, de este gigante de la fe y de la paz, de este humildísimo siervo que lo dio
todo por el prójimo, por su pueblo. Y que ha comenzado a vivir la plenitud, porque para los hijos de
Dios, no hay muerte después de la muerte.

lunes, 30 de julio de 2012

¿Libertades en Cuba?

No sé qué está pasando con algunas personas e instituciones en el mundo, pienso que
padecen de una especie de letargo que no les permite percibir la realidad cubana, o
simplemente se conforman con lo que el antidemocrático gobierno del país les informa
y dibuja. La Cuba profunda es otra cosa, muy lejana a los informes y estadísticas que el
desgobierno ofrece a la opinión internacional. El simple hecho de ver a la nación sumergida en
la quiebra y el desequilibrio causados por más de cincuenta años bajo el mismo sistema, con
gobernantes cuya extrema autosuficiencia les ha llevado a creer que son dioses inmortales,
todopoderosos e insustituibles, ya basta para que el mundo libre comprenda que en la
pequeña isla antillana, la democracia y la libertad salieron al campo un día y al parecer no
encuentran el camino de regreso a casa.

Tampoco logro explicarme la razón por la que el pueblo de Cuba no toma de las riendas y se
libera de una vez y por todas de lo que tanto le agobia. A las claras se puede percibir, solo hay
que tener un poco de buena vista, que el país sucumbe, que sus habitantes están descontentos
del diario vivir, aunque lamentablemente la respuesta a esta infelicidad sea la alta tasa de
emigrantes, de suicidios, de alcoholismo, de delincuencia, los bajos índices de procreación que
resultan en una población envejecida, la enajenación y el mutismo.

Hablar de libertades en Cuba es casi doloroso, el monosílabo más recurrente es el No: No
libertad de expresión; No libertad de prensa; No libertad de afiliación política o de partido (en
un sistema monopartidista); No libertad ideológica; No libertad de información; No libertad
de reunión o agrupación; y una libertad religiosa muy entre comillas, donde la separación
iglesia-estado solo compete a la iglesia, porque el estado constantemente ejerce su dominio
injerencista sobre las diferentes denominaciones, asociaciones, etc., manipulando al liderazgo
eclesial, siempre amenazante, chantajista, con aires de superioridad. Realmente no sé a qué
le llaman separación iglesia-estado, cuando la primera es supervisada en todo por el segundo,
cada paso que da, cada decisión que toma. Continúan latentes además las interrogantes que
el mismo Benedicto XVI planteara en su reciente visita al país: ¿cuándo se devolverán en su
totalidad las instituciones que la Revolución en sus primeros años confiscó a las iglesias?;
¿cuándo se podrán crear nuevas instituciones educacionales de carácter religioso para que las
actuales y futuras generaciones de creyentes se eduquen, no bajo la doctrina del marxismo
leninismo, sino bajo la enseñanza de la Biblia? ¿Cuándo las instituciones religiosas podrán
abrir sus propios espacios radiales y televisivos, tener sus publicaciones periódicas, imprentas,
editoriales y librerías? ¿Será que negar esto a las iglesias no es en buena medida ultrajar la
libertad de las mismas?

Por otro lado sería interesante señalar que todos los elementos que privan a los creyentes en
Cuba de su genuina libertad, al ser restaurados, si lo fueran, deben serlo para todos, sin
distinción, incluyendo, como dijera Percy Francisco Alvarado Godoy en su post: “Otra falacia
de Radio Martí…”, a las “diminutas e irrelevantes congregaciones adscritas a la Convención
Bautista Occidental, así como al Movimiento Apostólico”, este último no legalizado por el filtro
censor del famoso Registro de Asociaciones del Comité Central. La gran falacia radica, y

créanme esto ya es más que “un lodazal de mentiras”, en decir que en Cuba su desgobierno, y
cito al mismo autor antes mencionado: “jamás ha torturado o perseguido a pastores religiosos
por sus creencias, independientemente del tamaño de sus denominaciones, su aislamiento o
falta de una red de apoyo a nivel nacional o internacional.“ Pienso que el término, jamás, es
demasiado amplio. Aunque claro este autor al que hago alusión está siguiendo los pasos de su
máximo guía, el hoy líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien tuvo el
impudor de declarar en la entrevista “Fidel y la religión” que en Cuba nunca se había cerrado
ningún templo. En el pasado no muy lejano, a penas la década del 60 del anterior siglo, los
dictadores, por entonces enemigos acérrimos de la religión, crearon los campos de
concentración UMAP, a donde fueron a parar cientos de pastores y líderes de iglesias. Muchos
templos fueron literalmente cerrados, entre ellos el de la Iglesia Bautista Ebenezer de
Taguayabón, de la cual soy miembro. Los creyentes no eran avalados para entrar a las
universidades del país, muchos perdían sus trabajos si decidían permanecer fieles a su fe. Los
templos se vaciaron dando paso a la era de la ideología comunista, con su carácter ateo y
materialista, que en la versión de Fidel Castro tomó aspecto de exterminador de la
espiritualidad de un pueblo por naturaleza creyente.

La tan cacareada Constitución cubana actual, a la vez manipulada por los dueños de todo
en el interior de la isla, dice en su artículo 8, reconocer y respetar la libertad de conciencia y
de religión, deberían si fueran honestos colocar una cláusula a este artículo: solo si quien la
profesa es revolucionario, practica el fidelismo y ha aprendido a asentir a todo cuanto se le
ordene por parte de las instancias gubernamentales. La cláusula está implícita, aun cuando
continúa diciendo el artículo que las instituciones religiosas están separadas del estado. El
artículo 55 expresa: que el estado reconoce, respeta y garantiza la libertad de conciencia y
religión. Sería reiterativo explicar esta gran mentira, un país donde quienes piensan diferente
ideológica y políticamente son encarcelados, detenidos arbitrariamente, amenazados,
repudiados y siempre bajo el mismo pretexto difamatorio de que son asalariados del imperio o
mercenarios. En el egocentrismo atroz de los Castro y sus seguidores los “revolucionarios” no
caben las mentes diferentes, le temen a la pluralidad, como el temor que le tienen los tiranos a
los de fe verdadera y convicciones firmes.

De cualquier modo y sin comprender aun qué pasa con quienes se proclaman libres en el
mundo, y con el pueblo cubano tan carente de sus derechos más elementales, yo prosigo
aquí dentro de la sofocada Cuba y en esta “diminuta e irrelevante Convención Bautista de
Cuba Occidental”, para mí llena de tradiciones hermosas y una profunda historia de más de
cien años, con paladines de la fe como lo fueron el muy cercano a Martí, Alberto J. Díaz,
colaborador en las luchas independistas contra la colonia española; Luis Manuel González
Peña, quien en el tiempo más oscuro de los creyentes en Cuba dijera a un funcionario que
le pronosticó el fin de las iglesias en el país, que habría iglesias para rato, y otros. Creyendo
en un Jesús que no comulga con los poderosos egocéntricos de este mundo, sino con los de
abajo, con “las inmensas minorías” y que en definitiva, fue seguido por muchos, para luego ser
abandonado por la gran multitud, incluyendo a sus discípulos, y que también fue crucificado
por muchos y aceptado por pocos.

miércoles, 25 de julio de 2012

Benedicto no miró detrás de las bambalinas

En Cuba existe la costumbre de arreglar o acomodar las cosas de manera tal que se puedan mostrar las apariencias, mientras que la realidad y la verdad, quedan detrás de la cortina. Así suele suceder en las empresas, las oficinas, los organismos, los ministerios. Mentir es tan natural e inventar cifras y adulterar las estadísticas tan común, que ya podríamos decir que los cubanos vivimos hace mucho del cuento y de la mala idea. El invento ha saturado todos los espacios y todos los niveles, claro que no podemos dejar fuera de este asunto, al mayor cuentista, al más falaz, el Estado.
Así, puso en práctica su gran maquinaria de la invención, durante la visita del Papa Benedicto XVI. Especializado como está en inventar imágenes y aparentar lo que no es, creó toda una marcha del pueblo combatiente, donde las masas hipnotizadas en el más estricto orden y la más militarizada disciplina esperaron, escucharon, vitorearon y despidieron al Papa. Un número considerable de los asistentes a las misas ofrecidas por el Pontífice tanto en Santiago de Cuba, como en La Habana, asistieron no porque les interesara el Papa y mucho menos la prédica de la iglesia católica, sino porque su Revolución les llamaba a desfilar por las calles y plazas y a hacer número, para que el mundo viera al aguerrido y respetuoso pueblo considerar al máximo líder de los católicos. Al parecer a Benedicto le encandiló la multitud oyente de sus homilías y no se fijó, o al menos si lo hizo lo disimuló muy bien, en lo que ocurría detrás de las bambalinas.
Entre la multitud y alrededor de ella se erigió un fuerte cordón policial que pertenecía a los órganos de la Seguridad del Estado, la misión era no permitir que los opositores o disidentes llegaran a las plazas. A pesar de las medidas y la precaución, algunos pudieron expresarse, aun cuando terminaran agredidos y golpeados por la, que debería ser neutral, Cruz Roja Cubana. Aunque la agresión fue a solo unos metros del Papa, este asumió una fría actitud de político y no mostró, ni en ese momento, ni después, darle importancia al suceso. Tampoco le dio importancia a los cientos de detenidos, unos en cárceles y otros en sus residencias, entre estos últimos mi esposo y yo, custodiados toda la anoche anterior a la misa en la Plaza de la Revolución habanera y durante el tiempo que esta duró en la mañana, en la casa de unos consiervos en la fe, quienes nos dieron asilo y mostraron su solidaridad y amistad, testigos además de la arbitrariedad de las fuerzas represivas del gobierno cubano.
Benedicto XVI no ha querido dar su criterio sobre lo que ocurrió con los disidentes cubanos durante su visita, se negó a escucharlos y a brindarles su amparo espiritual. El Cardenal Jaime Ortega, además, se ha mostrado hostil hacia los opositores y demasiado servil y empalagoso con respecto a las autoridades. Pareciera que la iglesia católica cubana y las instancias más altas en el Vaticano han dado el visto bueno a la dictadura en Cuba. No sería la primera vez que los católicos pactaran con los poderosos y con los desgobiernos.
Por mi parte, yo que sí vi lo que ocurrió tras las bambalinas, porque estaba detrás de ellas, digo y diré lo que ocurrió en Cuba durante la visita del Papa Benedicto XVI, particularmente mi propia experiencia, que aun sin ser católica y no tener interés alguno en presenciar a este personaje de cerca, fui detenida domiciliariamente, custodiada durante horas como si fuera una criminal e incomunicada porque como a muchos otros, el teléfono celular de mi esposo fue intervenido y silenciado tiempo antes de la misa y varios días después de esta. Benedicto no vio, o finge que no lo hizo, se encantó demasiado con el falso teatro, mientras que detrás de las bambalinas la realidad era muy diferente a las apariencias.

sábado, 21 de julio de 2012

Insularidad

Vivo en una isla rodeada de mar, un país además durante décadas sometido al ostracismo más atroz. Mal gobernado desde el primero de enero del año 1959 y sometido desde entonces a la misma forma de gobierno, bajo el mandato y la guía del mismo y único partido, y con la aceptación por parte de este de una sola línea de pensamiento e ideología, la marxista-leninista-fidelista. Una isla transformada en prisión y desteñida debido al monocromático y decadente sistema que la domina. En medio de tanto mar y tanta asfixia interior y siguiendo el ejemplo de buenos cubanos que en la misma boca de la fiera decidieron aplastar sus ataduras y abrir sus bocas y corazones para expresarse, es que decido sobreponerme a todo miedo para romper la abrumadora insularidad y escapar de manera virtual al mundo físicamente desconocido.

De todo cuanto existe solo conozco al país donde nací, Dios me ha permitido viajar dentro de él, conocer a mis coterráneos, visualizar sus necesidades y dolencias, que son las mismas mías. Aunque he soñado con el vuelo de los aviones y he tenido ansias de salir a conocer nuevos mundos, he llegado a comprender que la voluntad de Dios para este tiempo es que permanezca dentro de esta triste, pero aun hermosa perla y que de alguna manera luche desde adentro por una patria nueva, un sitio en el cual mis hijas puedan vivir mejor y en el que las futuras generaciones de cubanos y cubanas tengan garantizados sus derechos ciudadanos más elementales.

Sabiendo que el Dios poderoso en el cual confío siempre estará del lado de los menos favorecidos y que es Él quien me demanda procurar ante todo la justicia, es que levanto mi voz en este espacio maravilloso que es la internet, haciendo uso de todas las brechas que me ofrece, por insignificantes que parezcan, para decirle al mundo cuál es y cómo es, la triste realidad de los cubanos. Desde hace más de un año, sitios como Cubano Confesante del Pbro. Mario F. Lleonart Barroso y Religión en Revolución, me han abierto incondicionalmente sus puertas y he publicado diversos posts dentro de ellos. Muy agradecida estoy al editor de Religión en Revolución, quien fuera el primero en darnos la oportunidad, tanto a mi esposo como a mí, de sacar a la luz nuestros artículos, facilitando además la publicación de estos en diversos sitios en la Red. Así también agradezco a quien desde el exterior brinda su apoyo totalmente desinteresado, y solo inspirado en el anhelo de una Cuba libre y recuperada, para que este nuevo Blog nazca y llegue a tener vida propia. Isla Interior es eso, el anhelo de una Cuba feliz, la aspiración y el sueño de vivir en un país renovado, libre, abierto a todos y para todos.

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